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“En los primeros cinco meses del año, China importó 400.000 toneladas de cerdo y despojos de porcino, un 43% más que en el mismo periodo de 2010, con la previsión de que se alcance el millón de toneladas a finales de año”,
explica Ma Chuang, subsecretario de la Asociación Ganadera de China. Es más, un informe del grupo neerlandés Rabobank señala que el "agujero potencial entre la demanda y el suministro de cerdo y sus despojos podría alcanzar en el 'gigante' asiático entre dos y 2,5 millones de toneladas durante el próximo año". Ese mismo estudio apunta a que las importaciones alcanzarán una cantidad comprendida entre 1,1 y 1,4 millones de toneladas en el transcurso del presente ejercicio, con crecimientos de entre el 25% y el 60%.

El aumento de las importaciones no ha venido, sin embargo, acompañado de un descenso de precios. El cerdo, un producto clave en la cesta la compra, se encareció un 0,7% durante la primera semana de septiembre, marcando una cifra récord por quinta semana consecutiva.

“Las importaciones no son capaces de controlar los precios ya que suponen un porcentaje muy pequeño del consumo local y no resulta práctico combatir la inflación importando”, sostiene Huang Guiheng, director la consultora agroalimentaria china Bric Global Agricultural.

Según Huang, los precios seguirán aumentando hasta empezar a caer “durante el segundo trimestre de 2012 cuando crezca el suministro”. Mientras, el aumento de los costes laborales y el maíz, así como los riesgos inherentes del sector, seguirán impulsando la escalada.