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INVENTO DEL MANCHEGO JOSÉ VICENTE SANZ

Una cápsula para medir la temperatura

José Vicente Sanz, un técnico en Electromedicina de 36 años, originario de Puertollano (Ciudad Real) y residente en Madrid, aficionado al buceo, a viajar y al buen vino, ha descubierto recientemente que el uso de tintas termocromáticas –que cambian de color según la temperatura ambiente– podría ser la solución idónea para saber si un vino está a la temperatura óptima para ser tomado o si la botella que lo contiene se halla a la temperatura ambiente adecuada para su mejor conservación.


José Vicente Sanz. El invento de Sanz, llamado técnicamente 'Cápsula cubrecuellos para botellas con doble indicador de temperatura de servicio y ambiente', ya ha sido registrado en la Oficina
Española de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, habiéndosele concedido en 2010 al inventor –miembro del Club de Inventores Españoles– la propiedad industrial de este prometedor modelo que detecta constantemente a qué temperatura está el vino.

Actualmente el inventor se halla en la fase de dar a conocer su invención a numerosas bodegas, envasadoras y embotelladoras de vino, a la espera de una pronta y positiva respuesta del sector vinícola que haga que su sencillo artilugio se incorpore por derecho propio a la cadena comercializadora del vino, revolucionando de alguna manera el sector.

"Pensé que tendría que haber algo más preciso que un termómetro digital para medir la temperatura del vino", ha comentado Sanz, que inmediatamente después de la ocurrencia se puso manos a la obra escudriñando en libros, informes, documentales, textos en Internet, etcétera, hasta dar con las tinturas termocromáticas, que tienen la peculiaridad de ser sensibles a la temperatura.
Estas tintas no se fabrican aún en España, sino que se importan de varios países asiáticos. De hecho Sanz, para probar con éxito su experimento, tuvo que contactar con algunas empresas distribuidoras del producto tanto de México y Estados Unidos, como de España.

Algunos de los actuales usos de las tintas termocromáticas que son pioneros en nuestro país se dan en la fabricación de determinadas señales de tráfico por parte de una empresa valenciana que trabaja para la Administración Pública y también se utilizan en piscinas para conocer la temperatura del agua, de tal manera que cuando el líquido elemento se sitúa en determinados grados el fondo de la piscina cambia de color.



Objeivo de la invención


La invención, por tanto, tiene por objeto el desarrollo de una cápsula (la parte que recubre el cuello y la boca de la botella) que permita indicar tanto la temperatura ambiente del lugar donde se almacena la botella como la temperatura de su contenido líquido de una manera sencilla, evitando multiplicar el número de mediciones y el desplazamiento de las botellas, además de proporcionar al consumidor información sobre la temperatura del vino que está consumiendo.

Se parte de una cápsula cubrecuellos –que en su forma no difiere de las utilizadas habitualmente para cubrir la boca y el cuello de las botellas de vino–, destinada a colocarse de manera ajustada en la botella, con forma de corte de material laminar de desarrollo plano rectangular.

Dicha cápsula de sobretaponado se caracteriza porque en su cara vista está provista de dos zonas recubiertas con tinta termocromática: una primera zona impresa que es sensible a un primer rango de temperaturas determinado y una segunda zona sensible a un segundo rango de temperaturas también determinado y diferente al primero.

La primera zona en cuestión está esencialmente prevista como un circulo situada en la parte central del corte rectangular que cuando la capsula es colocada en la botella coincide con su boca o abertura, pero sin tocar directamente la superficie de vidrio de ésta (aislada por el tapón de corcho) y eligiéndose el rango de temperatura a la cual es sensible la tinta de esta primera zona como un rango de temperatura ambiente para la conservación del vino.

La segunda zona recubierta con tinta termocromática está esencialmente prevista como una corona circular dispuesta alrededor de la primera zona, que cuando la cápsula se coloca sobre la botella se sitúa en contacto directo con la superficie del cuello de la botella y eligiéndose el rango de temperatura a la cual es sensible la tinta de esta segunda zona como un rango de temperatura de servicio o para consumo del vino en su punto.

Con el invento de este puertollanense las cápsulas de vino (la parte que recubre el cuello de la botella) se pintarían con estas tintas especiales, que cambian de color a medida que lo hace la temperatura. De esta forma, según ha experimentado él, "si la temperatura óptima de un vino pongamos que es de 16 grados, la tinta cambiará de color cuando alcance esa cifra".

Este nuevo sistema –un ejemplo más de la imposición de las nuevas tecnologías en los productos de consumo– permitirá tener controlada siempre la temperatura del vino y posibilitar a productores, comercializadores, restauradores y consumidores mantener la temperatura de las botellas siempre en su punto.

El invento carece de toxicidad, según su autor, y no necesita de ningún tipo de accesorio externo, ya que la cápsula cubrecuellos se incorpora a la botella en su llenado, cumpliendo el mismo objetivo que las cápsulas existentes en la actualidad más ese otro valor añadido de la información sobre la temperatura.
"Sus costes de fabricación son muy reducidos", ha indicado José Vicente, "por lo que estimo que la incorporación de estas tintas termocromáticas que son infalibles no tiene por qué encarecer el producto final, además de ser un gran elemento de diferenciación y de comunicación para las empresas que incorporen esta innovación a su producción".


Hasta el momento, comenta Sanz a elmundovino, ha habido al menos una bodega que se ha interesado formalmente por conocer más a fondo este sistema. La bodega gallega Santiago Roma de Ribadumia (Pontevedra), acogida a la Denominación Rías Baixas, sin que hasta el momento los contactos se hayan materializado en un acuerdo concreto para comercializar estas novedosas cápsulas cubrecuellos. "Los representantes de casi todas las bodegas contactadas hasta la fecha", indica José Vicente, "resaltan la innovación de la idea, aunque también coinciden en que el momento actual no les es el más propicio para invertir".

3 feb 2011 en 8:41

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