INTENSO PROGRAMA EN FENAVIN (10 AL 12-5)
A las puertas de su sexta edición, la Feria Nacional del Vino se consolida como la cita obligada para el sector vinícola español, además de nutrido escaparate comercial para los compradores internacionales que entre el martes 10 y el jueves 12 de mayo pasarán por Ciudad Real (Pabellón Ferial, Camino Viejo de Alarcos, 30) para surtir el mercado mundial de vinos nacionales. El evento está dirigido a profesionales, pero el público podrá asistir por las tardes retirando una entrada gratuita en las taquillas.
Aunque resulte paradójico para una potencia vinícola como es España, no ha sido sencillo que en este país cuajara un encuentro con el reconocimiento que hoy tiene Fenavin. La atomización del sector y, sobre todo, las flaquezas históricas de una política común para la promoción internacional del vino nacional sin duda han retrasado la consolidación de una feria en la que los viticultores se sintieran representados.
Sin embargo, poco a poco, desde su primera edición, con un espíritu pragmático, Fenavin ha ido sorteando las reticencias de los más escépticos hasta convertirse en un escenario apropiado para lo que esencialmente se espera de una feria de primera línea: comprar y vender el producto en cuestión.
Las cifras hablan por sí solas: en el último Fenavin -que se celebró en 2009-, 1.186 expositores ocuparon los 29.520 metros cuadrados de la feria, a la que acudieron nada menos que 3.798 compradores nacionales, 2.150 internacionales, además de 2.232 periodistas (456 de ellos, extranjeros) y 14.992 invitados. Y en la edición del 2011, la organización, presidida por Manuel Juliá, espera superar con creces estas cifras, previendo alcanzar incluso los 7.000 compradores en busca de un vino español para distribuir. Desde luego, nada mejor para un sector que en los últimos tres años ha sufrido las consecuencias de la crisis económica internacional, que ha afectado drásticamente a las exportaciones de vino, al mismo tiempo que ha observado que el consumo nacional se derrumbaba hasta alcanzar los 18 litros de vino anuales por habitante (cuando hace 15 años la media española superaba los 35 litros).
Tal como obliga esta difícil coyuntura, Fenavin no sólo es un espacio adecuado para las transacciones comerciales, sino un ámbito oportuno para el debate y la reflexión. Así, la organización ha programado una serie de encuentros y conferencias. Algunas de las más destacadas son las que protagonizarán David Seijas -sumiller de El Bulli, describiendo los parámetros de selección de los vinos en ese restaurante (10 de mayo, 11 h.)-, Robin Goldstein -bloguero estadounidense, que realizará una valoración crítica de los listados de los grandes gurús (10 de mayo, 12 h.), Jay Miller -crítico del mismo origen, que tendrá un encuentro con bodegueros españoles, secundado por Pancho Campo, el primer Master of Wine español (11 de mayo, 10 h.)-, Robert Joseph -director de Wine Business International, que desentrañará cuáles son los vinos que seducen al consumidor (11 de mayo, 11 h.)- o el periodista español Gonzalo Sol, que participara con una ponencia que responde al sugestivo título Descenso del consumo interior, ¿qué hemos hecho mal? (12 de mayo, 10 h.).
Más lúdicos se presentan otros eventos programados dentro del marco de la feria, como el titulado Vino, sensualidad y mística , coordinado por el escritor José Antonio de Villena (12 de mayo, 12 h.), las mesas redondas sobre la relación entre vino y deporte -en las que participarán ex futbolistas como Gica Craioveanu, Paolo Futre, Manuel Sanchís y Rafael Martín Vázquez- (10 y 11 de mayo, 13 h.) o el concierto Guitarra y vino, placeres que se acompañan , que ofrecerá el guitarrista, compositor y luthier Guillermo Burgos (10 de mayo, 18 h.).
Por supuesto: quienes se dejen caer en esos días por Ciudad Real, además de asistir a estas interesantes actividades podrán desplazarse por los siete pabellones que integran Fenavin, visitando los stands de 1.193 expositores, principalmente bodegas, pero también denominaciones de origen, cooperativas, asociaciones de viticultores y hasta radios que prevén retransmitir los pormenores de la feria en directo. Desde luego, en esta capital efímera del vino español cabe de todo.
A las puertas de su sexta edición, la Feria Nacional del Vino se consolida como la cita obligada para el sector vinícola español, además de nutrido escaparate comercial para los compradores internacionales que entre el martes 10 y el jueves 12 de mayo pasarán por Ciudad Real (Pabellón Ferial, Camino Viejo de Alarcos, 30) para surtir el mercado mundial de vinos nacionales. El evento está dirigido a profesionales, pero el público podrá asistir por las tardes retirando una entrada gratuita en las taquillas.
Aunque resulte paradójico para una potencia vinícola como es España, no ha sido sencillo que en este país cuajara un encuentro con el reconocimiento que hoy tiene Fenavin. La atomización del sector y, sobre todo, las flaquezas históricas de una política común para la promoción internacional del vino nacional sin duda han retrasado la consolidación de una feria en la que los viticultores se sintieran representados.
Sin embargo, poco a poco, desde su primera edición, con un espíritu pragmático, Fenavin ha ido sorteando las reticencias de los más escépticos hasta convertirse en un escenario apropiado para lo que esencialmente se espera de una feria de primera línea: comprar y vender el producto en cuestión.
Las cifras hablan por sí solas: en el último Fenavin -que se celebró en 2009-, 1.186 expositores ocuparon los 29.520 metros cuadrados de la feria, a la que acudieron nada menos que 3.798 compradores nacionales, 2.150 internacionales, además de 2.232 periodistas (456 de ellos, extranjeros) y 14.992 invitados. Y en la edición del 2011, la organización, presidida por Manuel Juliá, espera superar con creces estas cifras, previendo alcanzar incluso los 7.000 compradores en busca de un vino español para distribuir. Desde luego, nada mejor para un sector que en los últimos tres años ha sufrido las consecuencias de la crisis económica internacional, que ha afectado drásticamente a las exportaciones de vino, al mismo tiempo que ha observado que el consumo nacional se derrumbaba hasta alcanzar los 18 litros de vino anuales por habitante (cuando hace 15 años la media española superaba los 35 litros).
Tal como obliga esta difícil coyuntura, Fenavin no sólo es un espacio adecuado para las transacciones comerciales, sino un ámbito oportuno para el debate y la reflexión. Así, la organización ha programado una serie de encuentros y conferencias. Algunas de las más destacadas son las que protagonizarán David Seijas -sumiller de El Bulli, describiendo los parámetros de selección de los vinos en ese restaurante (10 de mayo, 11 h.)-, Robin Goldstein -bloguero estadounidense, que realizará una valoración crítica de los listados de los grandes gurús (10 de mayo, 12 h.), Jay Miller -crítico del mismo origen, que tendrá un encuentro con bodegueros españoles, secundado por Pancho Campo, el primer Master of Wine español (11 de mayo, 10 h.)-, Robert Joseph -director de Wine Business International, que desentrañará cuáles son los vinos que seducen al consumidor (11 de mayo, 11 h.)- o el periodista español Gonzalo Sol, que participara con una ponencia que responde al sugestivo título Descenso del consumo interior, ¿qué hemos hecho mal? (12 de mayo, 10 h.).
Más lúdicos se presentan otros eventos programados dentro del marco de la feria, como el titulado Vino, sensualidad y mística , coordinado por el escritor José Antonio de Villena (12 de mayo, 12 h.), las mesas redondas sobre la relación entre vino y deporte -en las que participarán ex futbolistas como Gica Craioveanu, Paolo Futre, Manuel Sanchís y Rafael Martín Vázquez- (10 y 11 de mayo, 13 h.) o el concierto Guitarra y vino, placeres que se acompañan , que ofrecerá el guitarrista, compositor y luthier Guillermo Burgos (10 de mayo, 18 h.).
Por supuesto: quienes se dejen caer en esos días por Ciudad Real, además de asistir a estas interesantes actividades podrán desplazarse por los siete pabellones que integran Fenavin, visitando los stands de 1.193 expositores, principalmente bodegas, pero también denominaciones de origen, cooperativas, asociaciones de viticultores y hasta radios que prevén retransmitir los pormenores de la feria en directo. Desde luego, en esta capital efímera del vino español cabe de todo.
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